jueves, 30 de agosto de 2012

Cuarta muestra del Grupo Photo Heer Holga



Luis Espinosa. Barrancas de San Pedro, panorámica con cuatro tomas superpuestas en dos fotogramas. Fotografía B/N 50 x 100 cm.


Luis Espinosa. Islote en la Vuelta de Obligado. Fotografía B/N 50 x 50 cm

Una muestra de altísimo nivel




Sobre la cuarta muestra del Grupo Photo Heer Holga

Por Carlos Pesce

Pude asistir el sábado 25 en el espacio Estudio Arte San Telmo, a la inauguración de la cuarta muestra de Holga, invitado por Freddy y Cecilia con quién tenemos amistad hace algunos años y por otros amigos del grupo, más recientes.
(a la anterior, la tercera, en el espacio Vorticista, también intenté asistir, pero me equivoqué de dirección, y ésa noche acudí a donde se había hecho la anterior...) Pero también la pude ver colgada, ya que fui al “descuelgue”... (en Europa se hacen dos reuniones, una para la inauguración y otra cuando termina...). Así que mal que bien, les vengo siguiendo las pisadas, acompañando... Y aunque no participo todavía con fotos, creo que todos conocen la simpatía con que sigo el proyecto y las tareas de los fotógrafos holgueros...
Quedé sorprendido por la calidad y variedad de las imágenes que pude ver, y por cierto, muy bien editadas y presentadas... La diversidad de temas tratados, desde los paisajes, los retratos, los juegos de doble exposición y hasta abstracciones, donde la luz o los encuadres, le dan un clima sugerente... todo configuró un buenísimo muestrario de las capacidades, de las miradas inquietas de los participantes...
Incluso las limitaciones de la herramienta, ya casi dejan de ser tales, para incorporarse creativamente en la búsqueda de un resultado “expresivo” de unas imágenes, que por lo visto, está sobradamente logrado... y da para más...
Pude, además de ver las fotos, charlar un rato con algunos, conocer a otros que por ésta cosa moderna, nos conocíamos por el nombre, y tomar (además de un par de vasos de vino), algunas fotografías. No se si por deformación profesional o incontinencia, traté de ir armando mentalmente un relato gráfico de lo que estaba pasando... con el ligerísimo “handicap” de la mirada de un “colado”... pero que de alguna manera también pudiera transmitir a los que no estuvieron, el ambiente vivido... (o lo que “me hubiera gustado ver”, si no hubiera podido estar ahí...).
Ya de regreso en mi casa, y si bien era tarde, otra vez la cosa ésa del entusiasmo o curiosidad por ver las fotos que había tomado, y en el climita del silencio de la noche, con la estufa voluntariosa pero insuficiente, pero complementando la adversidad del clima, con más tinto y alguna musiquita ad hoc... Y me puse a ver las fotos... Primero las vi todas, después elegí algunas, y en una selección más apretada, fui armando la historia...
El cansancio, a veces hace lo suyo, pero tercamente traté de sobreponerme... además al otro día era domingo... Son horas y momentos casi mágicos... porque por ahí, en tal atmósfera de la tarea, , me abstraje, me distraje... y me dejé llevar por mi imaginación, y me parecía que estaba viendo fotos de algo que había pasado en París, en Madrid, en Milán o Kolonia... o en tantos otros donde tuve la fortuna de oportunamente de vivir o transitar... Tal la armonía o la calidez de la totalidad, del lugar, la gente y las fotos expuestas... El “ambiente” digamos... Era raro, pero me sentía muy contento, casi exultante... y pensaba “pucha, que buen nivel..! qué bien que lo están haciendo Freddy y los muchachos..!” Lo de la referencia a otros lugares, si bien no es relevante, pero viene a cuenta cuando uno ve presentaciones en otros sitios y nos asombramos el espacio (en todos los órdenes) que le dan a la fotografía...
Armé una carpetita con las fotos que había tomado y las subí... pero ya estaba con sueño, y pensaba escribirles en otro momento, cosa que hago ahora... para contarles justamente ésto, lo que les cuento, lo que por ahí se me hace medio difícil expresarlo o transmitirlo... Digamos, lo de la evolución que el grupo ha ido teniendo, y los avances en todo sentido que han ido logrando... Por lo mismo, creo que la cosa aún da para mucho más, pero de momento y visto los resultados, me parece sobresaliente...
De a poco, también me voy conectando con amigos de otros países, y les voy contando y mandando las fotos... y estoy seguro que admirarán y valorarán la actividad... y los invito a que también y a cada uno dentro de su posibilidad hagan otro tanto... porque la movida lo amerita...
Les aporto desde mi experiencia, para que sigan entusiastamente trabajando, tomando buenas fotos y participando de las actividades holgueras... Ya vendrán otros reconocimientos y hasta apoyos comerciales o económicos, para que la cosa no tenga que ser siempre con el esfuerzo personal de cada uno...
Quién ve tanto las fotos expuestas, como las fotos de la inauguración, quizás no saben todo el esfuerzo que hay detrás, (aunque quizás lo sospechan...) pero el resultado, es en definitiva lo que trasciende, es a mi criterio, de primerísimo nivel...
Abrazo y felicitaciones a todos..!



 












miércoles, 20 de junio de 2012

Tercera muestra del Grupo Photo Heer Holga

Desde el 1 de junio de 2012 hasta principios de agosto puede verse en La Barraca Vorticista (Estados Unidos 1614, Ciudad de Buenos Aires) la muestra del grupo Photo Heer Holga. Cuarenta fotografías, dos por autor formato cuadrado desde negativo 6 x 6 cm tomadas con cámaras Holga. Grupo liderado por Fredy Heer, fotógrafo de larga trayectoria que tras un rastreo y convocatoria a través del Facebook logró unir experiencias fotográficas diversas de usuarios de esa cámara, generando vínculos de intercambio técnico y estético cuyos resultados ya llevan tres muestras y un libro.


FOTOS EXPUESTAS POR LUIS ESPINOSA



Luis Espinosa. Panorámica del campo Cura Malal. Fotografía B/N 50 x 100 cm



Luis Espinosa. Caballos en el campo. Fotografía B/N 50 x 50 cm

domingo, 25 de marzo de 2012

Cámara de papel, proyecto de Fredy Heer

Fredy Heer fotógrafo de larga y fecunda trayectoria hace tiempo que viene realizando el proyecto La Cámara de Papel en el que realiza retratos a distintas personas con el común denominador de que portan la misma cámara de papel tomada de un folleto troquelado de publicidad de Nikon.
Ver en el blog de Fredy Heer con el resto de las fotos del proyecto:
http://lacamaradepapel.blogspot.com.ar/ 

lunes, 27 de febrero de 2012

Cámara Kodak transformada en estenopeica


(Fragmento del texto: Memoria del proyecto, fotografía en Corral de Piedra, Cura Malal, Pcia de Buenos Aires.)

por Luis Espinosa

El secreto más íntimo de la fotografía es la captura de rayos de luz después de que hayan sido desviados al chocar sobre la superficie de un objeto, registrando ese suceso sobre el soporte sensible.
En la cámara estenopeica este fenómeno se da en forma pura, la imagen resultante esta compuesta de pequeños círculos (no puntos) que se van encimando en sus bordes haciendo que los contornos pierdan cierta nitidez pero agregando otra transformación a esa realidad sobre la que queríamos intervenir. Encontré una cámara de plástico Kodak KB/22 comprada por mi padre antes del fin de siglo, de las últimas camadas de cámaras analógicas baratas de 35 mm.
Trabajé sobre ella desarmándola, quitándole las lentes, modificando los mecanismos.
El orificio de entrada de la luz llamado estenopo fue resuelto con una chapa de aluminio tomada de una lata de gaseosa y perforado con la punta de una aguja, puliendo ambos lados de la chapa para asegurar la circularidad del diminuto agujero.
La cámara tenía originalmente una tapita corrediza para proteger la lente y que al cerrarla también trababa el boton disparador. La utilicé como obturador ya que siempre que estuviese abierta la luz ingresaría por el estenopo. Esto me sugirió que necesitaba un complemento para que se pueda medir el tiempo de exposición y cerrar el paso de luz sin movimientos bruscos. Allí descubrí que sería mi dedo el que mejor cumpliría esa tarea tapando, destapando y volviendo a tapar.
Tuve que agregarle tambien una tuerca para montarla sobre un trípode y poder hacer exposiciones largas minimizando el movimiento. Trabajé con película blanco y negro y color.

Cámara Kodak KB/22

Con la tapa corrediza cerrada que permite transportarla.

Con la tapa corrediza abierta, se puede ver el estenopo.

Agregado de la tuerca para trípode tomada de otra cámara rota.
Siempre va a estar sobre el trípode para evitar movimientos ya que en los segundos de exposición se perdería toda definición de imagen.

Dorso de la cámara con la rueda de tracción para correr la película.
Después de exponer, cierro la tapa corrediza delantera, apreto el botón disparador que ahora cumple la función de destrabar la rueda de tracción (ya que le saqué las lentes y el obturador) y corro al próximo fotograma.

Estenopo.
Para captar la imagen tapo con el dedo índice y deslizo la tapa corrediza. Luego saco el dedo y empiezo a contar el tiempo de exposición calculado por ensayo y error en pruebas anteriores.
Cuando termina ese tiempo vuelvo a tapar con el dedo y cierro la tapa.

Interior de la cámara. El mecanismo sigue ofreciendo los fotogramas tradicionales con lo que en cada rollo de 36 exposiciones llegan a salir 39 fotos.

El visor de conteo de fotogramas funciona, así que se puede llevar el control de las fotos sacadas. En general también escribo en una libreta algunos datos como tiempo de exposición, motivo, etc.



Algunos resultados:
Fotos sacadas con la cámara estenopeica durante el proyecto en Cura Malal.





viernes, 6 de enero de 2012

Fotos de la muestra Photo Heer Holga

Muestra de fotografías analógicas tomadas con cámaras Holga.
Diciembre de 2011, enero-febrero de 2012, bar Imaginario Cultural, Bulnes y Guardia Vieja, Ciudad de Buenos Aires.



















Instrucciones para ver la presentación:
Click en play y comienza. Para agrandar a pantalla completa click en botón de abajo derecha.
Pausar con la barra espaciadora.
Para ver información de la foto flechas ascendente y descendente del teclado.

Texto prólogo del libro Photo Heer Holga


Amantes de la luz

por Luis Espinosa

Al parecer la tarea del fotógrafo era observar la luz. Conociendo las posibilidades y las limitaciones de su cámara debía hacer una serie de operaciones antes, durante y después de gatillar, disparar o lo que fuere para abrir el obturador durante el tiempo necesario. Esa luz en cuestión penetraría en la caja oscura impactando sobre la superficie de la película fotosensible. Luego de la manipulación química dentro del laboratorio se obtendría aquel producto tan sorprendente: la copia fotográfica. La sorpresa estaría provocada por la cantidad de pasos a ciegas que implicaba ese proceso entre el comienzo, al reaccionar con el impulso de buscar la cámara para hacer la toma, hasta sostener delante de la vista el papel ya seco con la imagen.

El recurso necesario de una técnica era consecuencia de algo más que empujaba desde zonas profundas de la conciencia. La intuición de que aquella luz observada era la evidencia de la materialidad del mundo. Objetos impactados por fotones, obligando a que una trayectoria de luz en línea recta se desvíe. Testimonio de esa desviación, un instante de existencia fijado sobre el negativo y el papel. Una imagen extractada del tiempo continuo que se pierde en el olvido. Una perla silenciosa.

Aquel fotógrafo.
Durante el día su ojo mediría cómodo la luminosidad desbordante y omnipresente. Pero se generarían nuevos problemas en la penumbra y la noche. ¿Cómo atrapar ese resplandor fugaz? ¿Cómo capturar ese reflejo?
Observando a través del visor los propios límites del encuadre, seleccionando sólo un sector de lo que el espacio ofrece como continuo. Imponiendo un juego de relaciones internas entre los objetos capturados y el marco continente.
¿A qué distancia? ¿En qué posición? ¿Qué se ve? ¿Qué queda afuera?

En algún momento de principios del Siglo XX, popularizar la fotografía significó tratar de ahorrar esfuerzos al usuario. Tal vez en ese tamiz quedaron unas pocas utilidades disponibles: registrar y recordar algunos acontecimientos de la vida privada, archivados en cajas en el fondo de los roperos.

La fotografía digital reemplazó la naftalina por carpetas virtuales inhallables.
Sacar en “Auto” con flash y eliminando ojos rojos y ver inmediatamente el resultado en la pantalla. Así de simple.

Pero los fotógrafos, los verdaderos amantes de la luz, nunca se dieron por vencidos. Tentados por la sorprendente seducción de las tecnologías ofrecidas en el mercado, nunca olvidaron que se trataba de aquello: amar la luz.

El término chino “ho gwong” que significa muy brillante al parecer fue el origen del nombre de la cámara Holga. Detrás de ese bautismo permanece la esencia de lo que la fotografía todavía es. La renovación de un desafío.
La limitada tecnología, los defectos y la simpleza de construcción vuelven a poner a la herramienta en su lugar, las manos del fotógrafo.
Desde allí es necesario recuperar aquellas operaciones para que la Holga sea un medio para captar la imagen, latente en la película, latente en la conciencia. Y permitir una nueva mirada sobre el mundo.

Una cámara accesible también es popular. Pero permite reformular ese concepto. No es popular porque cualquiera puede hacerlo sin esfuerzo sino porque motiva a todos a emprender el esfuerzo, el trabajo de abrir la mirada, pararse desde el punto de vista personal y hacerlo único. Holga exige pensamiento y tiene sorpresa.

Hoy este grupo de fotógrafos comparte fotografías, ideas, opiniones, secretos, trucos, técnicas, humor, encuentros.
Cuando Fredy Heer comenzó a conectar a través de un grupo virtual en la red social a muchos de los que jugamos con Holga tal vez no imaginó que seríamos tantos y con tan buenos trabajos. Pero más allá en su impulso e idea confirmó lo que persiste: el ojo sigue abierto dejando entrar la luz.



Luis Espinosa
Licenciado en Artes Visuales (IUNA), artista plástico, fotógrafo, docente y crítico de arte.
Noviembre de 2011




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Tapa del libro Photo Heer Holga